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Reducción de daños en ambientes festivos

¿Como hacemos de la escena, un lugar mejor? Concientizar es la clave para crecer, y más en sociedad. Educar y prevenir son aquellas de las tantas acciones que se tienen que llevar por delante para que la movida electrónica vuelva a brillar como en su época dorada y que las tragedias queden en el pasado, pero nunca en el olvido.



Junto a lxs chicxs de PAF, buscamos quitar las piedras del camino hacia el destino soñado, en donde todos se cuiden con todos y en donde se pueda disfrutar de la fiesta en paz y con los cuidados necesarios. Porque sino nos cuidamos, ¿Quién lo va a hacer por nosotros?

 
Prevención de riesgos

Dentro del paradigma de la reducción de daños se establecen estrategias/políticas/enfoques desde la salud pública y los derechos humanos. Se reconoce que hay varios tipos de usos de drogas, no solo el que es problemático, y las personas que consumen no se puede tomar como una categoría genérica universal (por ejemplo, el adicto).



El enfoque de las intervenciones de reducción de daños son de espectro completo, reconociendo y trabajando sobre las diferencias. El paradigma de la reducción de daños reconoce el consumo de drogas como propio de la sociedad de consumo en la que se vive y brega por minimizar los riesgos sociales, legales y hacia la salud propia como de terceros. Hay un respeto por la autonomía de la persona que consume, siendo la abstinencia no el único camino posible.


En las acciones concretas se destacan la información basada en evidencia sobre las sustancias psicoactivas, dejando de lado el prisma moral, ético o conservador; el testeo de sustancias psicoactivas, la distribución de parafernalia y elementos de salud sexual, el uso de naloxona, las salas de consumo seguro, la provisión gratuita de agua, etc.

 
¿Qué es PAF?

PAF, Proyecto de Atención en Fiestas, nace en 2016 con el objetivo de intervenir en fiestas y espacios recreativos para brindar información, promover cuidados individuales y colectivos y acompañar a quienes lo necesiten en este contexto.



Se enmarca como un proyecto de Intercambios Asociación Civil, una organización no gubernamental, con reconocimiento nacional e internacional, que desde hace 27 años se especializa en problemas asociados al uso de drogas desde un enfoque de reducción de riesgos y daños, derechos humanos y salud pública. En este sentido, PAF! nuclea a un equipo de promotores capacitados para intervenir en estos contextos.



Algunas de las acciones que realizan son brindar información y orientar sobre consumos, realizar testeos de sustancias psicoactivas (cuando se lo permiten), reconocer situaciones que puedan ser problemáticas, acompañar al público asistente y articular con otros actores que intervienen en las fiestas.


La intervenciones en estos espacios se inscribe en un mapa en el que interactúa el público asistente, lxs artistas, las productoras, el personal médico, el equipo de seguridad, las agencias de control local, cada uno con sus responsabilidades y funciones específicas.

 
Intervención de PAF en fiestas

Específicamente hablando de la intervención en las fiestas electrónicas, se pueden establecer momentos y actividades específicas: puesto de información, la zona de relax o chill out, los caminantes y cuando se permite, el testeo de sustancias.


El puesto de información es el stand con los promotores de PAF capacitados, los flyers y materiales sobre sustancias psicoactivas y reducción de daños, además de la parafernalia que tienen como canutos personales y filtros para fumar marihuana. Sumado a esto, cuentan con preservativos, tapones protectores para los oídos y elementos de higiene femenina como toallitas y tampones.



La zona de relax es una especie de living que se arma para que los asistentes puedan descansar y bajar un cambio mientras comen una fruta o golosina. Además, cuentan con masajeadores y juguetes anti estrés que pueden usar para surfear mejor el viaje.


Los caminantes son promotores turnándose para ir a recorrer la pista y llevar el stand a los asistentes, además de chequear cómo está la gente en la pista y como se está desarrollando la fiesta, previniendo alguna situación que pueda parecer de riesgo.

En las intervenciones, PAF siempre articula con el equipo médico o de emergencias en el lugar y con el equipo de seguridad, para poder trabajar en conjunto ante cualquier situación. Para que podamos intervenir, desde PAF! siempre exigen que se garanticen las siguientes condiciones de seguridad:


- La locación tiene que estar habilitada.

- El evento debe estar aprobado por el organismo de control local.

- Tienen que haber puestos de hidratación señalizados.

- Debe ser claro el plan de acción ante emergencias de salud, según el aforo.

- Se debe contar con una zona de descanso y de recuperación.

- El stand de PAF! tiene que estar un lugar visible y señalizado.


Si como punto de partida estas condiciones no se cumplen, PAF! no asiste.

 
Ley actual 23.737

En la Argentina, la ley 23.737 de estupefacientes, sancionada en 1989, establece que las personas a las que se les encuentre en su poder drogas, ya sea para uso personal o para venta, serán detenidas o deberán someterse a un tratamiento educativo/terapéutico.



La coerción al tratamiento de las personas que son detenidas por portación de drogas asimila a usuarios con traficantes, lo que no es un problema menor. Además de que hay que cuestionarse cuál puede ser la eficacia de un tratamiento psicoterapéutico nacido de la coerción y no de la voluntad de cambio del "imputado", hay que tener en cuenta que esta reglamentación se vincula con la representación de que el usuario de drogas importa una amenaza para la seguridad ciudadana. Se lo visualiza como autor de delitos, como diferente e inservible para la sociedad de mercado.


En los fundamentos de la ley 23.737 se menciona manifiestamente que ella apunta a la protección de la salud pública, pero en realidad se centra en la seguridad ciudadana.

La ley construye tipos penales de autor y no de acto, por lo cual se censura al usuario de drogas como vicioso. Además prevé la imposición de medidas de seguridad curativas-educativas y ante la resistencia frente a ellas, menciona la imposición de penas.

Con esto se demuestra que el Estado asume la vigilancia del usuario de drogas como persona que ofende a la seguridad pública, pero la ley cambia rápidamente de la figura de la atención sanitaria a la de la prisión, ante la menor forma de rebeldía, por ejemplo si la persona no cumple con el tratamiento.


Es importante aclarar que la tenencia para uso personal, sea 1 gramo, un porro o una pastilla, está penada por ley. En 2009 la Suprema Corte de Justicia, por medio del Fallo Arriola, declaró inconstitucional la penalización de la tenencia para consumo personal (articulo 14 de la ley 23.737: Será reprimido con prisión de uno a seis años y multa de trescientos a seis mil australes el que tuviere en su poder estupefacientes. La pena será de un mes a dos años de prisión cuando, por su escasa cantidad y demás circunstancias, sugiere inequívocamente que la tenencia es para uso personal). La sentencia estableció que el consumo de estupefacientes en el ámbito privado sin ostentación a terceros está protegido por el artículo 19 de la Constitución Nacional (las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo reservadas a Dios, y exentas de la autoridad de los magistrados). Porque Arriola sentó el precedente judicial, mas no modificó la ley de estupefacientes. Es al día de hoy que la norma sigue vigente: tener drogas para consumo personal sigue siendo un delito. Las políticas de drogas en el país no sufrieron cambios y la criminalización se recrudeció.

 
Time warp B.A

Como se mencionó anteriormente, la tragedia de la fiesta Time Warp 2016 en Costa Salguero fue el puntapié para que nazca PAF como proyecto de intervención y reducción de daños. Además, fue un parteaguas en la escena nocturna y como se venían desarrollando las fiestas: sobreventa, cortes de agua en los baños, mínimos controles de aforo y condiciones de la fiesta, entre otras condiciones nefastas.



Si bien al día de hoy, algunos vicios se siguen manteniendo, como los precios exorbitantes de las botellas de agua o los puestos de hidratación que no funcionan como deberían, es importante remarcar que las políticas de reducción de daños salvan vidas. Que las productoras adopten estrategias de reducción de daños en sus eventos y no crean que por esto se dé rienda suelta al consumo de drogas, es una deuda.



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